El pejelagarto, originario del sur de México, es considerado un fósil viviente y en la cultura prehispánica era considerado un pez sagrado .
Los mayas lo llamaban quibrai, en esta cultura prehispánica era considerado como un pez sagrado, incluso, estaba representado dentro de su calendario.
Aunque parezca increible , esta familia de peces llamada lepisosteidos apareció en la Tierra en la era Mesozoica, en el periodo cretácico, es decir que existe desde hace 140 millones de años y desde entonces permanece sin cambios.
Esta especie se reproduce en forma singular, mediante un cortejo previo, la hembra suelta los huevecillos y los machos expulsan el esperma, agitando ambos sus aletas posteriores, en un ritual o danza llamado "chapaleo", realizandose la fecundación de los huevos de modo externo , generalmente los desoves se realizan en las margenes bajas de lagunas, rios y arroyos, ricos en zooplancton , de tal manera, que cuando las crías consumen el saco vitelino adjunto, estas se comienzan a alimentar de los microorganismos presentes en el plancton.
Su popularidad se ha extendido fuera de las fronteras del país, debido a su belleza y peculiar aspecto de pez con cabeza de lagarto, destaca por sus escamas duras, la cabeza alargada con hocico que presenta hileras de dientes caninos, motivo que la gente utiliza para compararlo con los cocodrilos o lagartos.
El pejelagarto como pez de ornato, en nuestro caso, con la relativa pequeña especie (Atractosteus tropicus) proveniente de un laboratorio de producción de crias acreditado, presenta grandes atractivos y facilidades en su manejo ornamental.
Es un interesante pez llamado "fósil viviente de agua dulce" que no requiere de aire disuelto en el agua, ya que su respiración es pulmonar; su alimento opcional es fácil de conseguir y consiste en peletizado para especies carnivoras, de venta en cualquier acuario o tienda departamental; siendo conveniente complementarlo con pequeños peces o crustáceos, que también se consiguen sin dificultad; evitando olviden su ancestral esencia del periodo cretácico como eficaces carnívoros cazadores. Requieren de relativo poco espacio acuático, pudiendo estar contenidos individuos de 5 a 7 cm de longitud en peceras de 50 litros por varios años, aporta al medio pocos residuales orgánicos, que pueden ser captados y procesados con filtros sencillos de charola, evitando por meses los molestos procesos de limpieza y recambios de agua.
IMAGENES DE PEJELAGARTOS
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